La jirafa (Giraffa camelopardalis) es un mamífero artiodáctilo propio de África. Es la más alta de todas las especies vivientes de animales terrestres. Los machos pueden medir de 4,8 a 5,5 m de altura y pesar hasta 900 kg. El nombre común 'jirafa' y primer término del nombre binomial 'giraffa' proviene del árabe الزرافة ziraafa o zurapha, que significa "alta". El segundo término que da nombre a la especie 'camelopardalis' proviene del griego καμηλοπάρδαλη camelopardale y del latín camelopardalis, que significa "camello leopardo".
Originaria de África, la jirafa está emparentada con cérvidos y bóvidos, pero pertenece a otra familia, los jiráfidos (Giraffidae), que comprende únicamente a la jirafa y su pariente más cercano, el okapi. Julio César indrodujo la primera jirafa en Europa traida de su campañas en Asia menor y Egipto donde conoció a Cleopatra. Sin tener en claro que animal era, los romanos la bautizaron cameleopardo, un cruce entre camello y leopardo, convirtiéndose en el nombre científico que se utiliza hasta hoy.
Las jirafas son famosas por su cuello largo, que les permite alcanzar las hojas más altas y tiernas de los árboles, y sus largas patas delanteras, que son mucho más largas que las traseras. La estructura ósea del cuello no difiere de la de otros mamíferos: no tiene vértebras extras, pero cada uno de los 7 huesos es más alargado. Además tiene unos pequeños cuernos, llamados ossicorns, los cuales están recubiertos por la piel.
Muchas otras pequeñas modificaciones de la estructura de la jirafa han evolucionado, especialmente en el sistema circulatorio. El corazón de una jirafa debe generar cerca del doble de la presión sanguínea normal de un mamífero de gran tamaño para mantener el flujo de sangre al tozuelo en contra de la gravedad. En la parte superior del cuello, un complejo sistema de regulación de la presión rete mirabile, previene el exceso de sangre en el cerebro cuando la jirafa baja su cabeza para beber.
Inversamente, los vasos sanguíneos en la parte inferior de las patas están bajo una gran presión. En otros animales, esa presión forzaría a la sangre a ser expulsada a través de las paredes capilares. Sin embargo, las jirafas tienen una gruesa capa de piel muy ajustada en sus extremidades inferiores, la cual mantiene la presión extravascular alta de la misma forma que un traje-g de un piloto.
El sonido que emiten gracias a sus enormes pulmones no es audible para el oído humano, ya que se comunican entre ellas y otros animales a través del infrasonido.
La lengua es de color negro, y es tan larga (unos 5 dm) que le permite usarla para limpiarse las orejas. Posee tres cuernos, dos laterales y uno central más pequeño (pueden ser hasta cuatro dependiendo de la subespecie), debido a un desarrollo excesivo de los huesos frontales y nasales. La boca es distinta de otros rumiantes: su labio superior no está hendido como el del camello, está recubierto de pelos y tiene una forma más aguzada. Tienen un ingenioso sistema que les permite abrir y cerrar, a voluntad, las fosas nasales. Esto les permite recubrir las cavidades olfativas para impedir la entrada de polvo, especialmente cuando el viento forma remolinos.
El pelaje es de color amarillo, sembrado de manchas bastantes grandes, de formato irregular y color pardo claro u oscuro, siendo las manchas del cuello y piernas más pequeñas. La parte inferior de las patas y el vientre es blanco y no presenta manchas.
Las jirafas viven en grupos de 20 a 30 ejemplares, casi todos jóvenes, ya que al envejecer buscan la soledad, no duermen más de 5 a 7 minutos seguidos, sumando una media de 2 horas de sueño al día y son capaces de correr a 60 km por hora.
La gestación de una jirafa dura entre 14 y 15 meses; nace una sola cría. La madre da a luz de pie y el saco embrionario se rompe cuando el bebé cae al suelo. Las jirafas recién nacidas miden cerca de 1,8 m y pesan aproximadamente 50 Kilos. A las pocas horas de haber nacido, las crías pueden correr y no se distinguen de una cría de una semana de edad. Durante las dos primeras semanas pasan la mayor parte del tiempo recostadas, resguardadas por su madre. Mientras que las jirafas adultas son demasiado grandes para ser atacadas por la mayoría de los depredadores, las más jóvenes pueden ser presa de leones, leopardos, hienas y perros salvajes. La cría se vuelve independiente alrededor de los 18 meses y se alimenta de la leche materna hasta esa edad. Sólo del 25 al 50 por ciento de las jirafas llegan a la edad adulta; aquellas tienen un promedio de vida de entre 20 y 26 años.
El régimen alimenticio de la jirafa concuerda con su físico; come las hojas de los árboles para lo cual le sirve su larga lengua. Las que viven en el sur de África prefieren las ramas y hojas que tienen espinas. Cuando se nutre con alimentos frescos y jugosos puede permanecer mucho tiempo sin agua, pero en las épocas de sequía recorre varios kilómetros para beber en las lagunas pantanosas o en las charcas. El alimento favorito de la jirafa es la Acacia, árbol que crece en la sabana africana, siendo un animal altamente selectivo en lo que come cuando tiene alimento para elegir. A pesar de esto en caso de necesidad no tiene problema en adaptarse a otros alimentos. También consume otro tipo de árboles así como hierbas. Para beber agua y alimentarse con hierbas la jirafa debe agacharse lo que la coloca en una posición vulnerable.
La lengua de la jirafa así como su aparato digestivo adaptado le permite alimentarse con vegetales espinosos, los cuales digiere sin ningún tipo de problema. Las jirafas pasan entre 16 y 20 horas al día alimentándose y pueden hacerlo durante la etapa más calurosa del día cuando tiene crías, ya que los depredadores a esa hora están inactivos. Pueden llegar a comer 65 kg de vegetales. La jirafa, al igual que las vacas, es un animal rumiante cuenta con 4 estómagos y su digestión es similar a la del resto de los rumiantes (la digestión toma un tiempo relativamente largo).
Las arañas (ordenAraneae) son el orden más numeroso de la clase Arachnida, diversamente emparentadas con otros grupos de Artrópodos, como los insectos, con los que no deben confundirse. El grupo está abundantemente representado en todos los continentes, excepto en la Antártida. Todas son depredadoras de pequeños animales, generalmente solitarias. Producen seda llamada tela de araña o telaraña, que usan para tejer redes de caza, tapizar refugios e incluso hacerse llevar por el viento. Hasta la fecha se han descrito unas 38.000 especies,[1] de las que sólo una docena son realmente peligrosas para los seres humanos. La especialidad que se ocupa de las arañas y el resto de los arácnidos se llama Aracnología. Hay personas que sufren de aracnofobia, miedo a las arañas. a anatomía de las arañas coincide a grandes rasgos con la de otros arácnidos, es decir, con el cuerpo dividido en dos regiones o tagmas, prosoma (o cefalotórax) y opistosoma (o abdomen) y el mismo número y tipo de apéndices, es decir, un par de quelíceros, un par de pedipalpos y cuatro pares de patas locomotoras.
Las arañas tienen longitudes corporales que oscilan entre los 0,5 mm y los 9 cm que alcanzan algunos migalomorfos tropicales, los cuales llegan a capturar pequeños pájaros; con las patas extendidas alguno de éstos puede sobrepasar los 25 cm. Durante el Carbonífero superior y el Pérmico existieron arañas de más de 50 cm.[2 a anatomía de las arañas coincide a grandes rasgos con la de otros arácnidos, es decir, con el cuerpo dividido en dos regiones o tagmas, prosoma (o cefalotórax) y opistosoma (o abdomen) y el mismo número y tipo de apéndices, es decir, un par de quelíceros, un par de pedipalpos y cuatro pares de patas locomotoras.
Los seis pares de apéndices mencionados anteriormente se insertan en el prosoma, así como los ojos simples; en cara ventral se abre la boca.
Los quelíceros presentan una sola articulación, entre la base, muy abultada, y una generalmente pequeña uña distal (en el extremo) y habitualmente portan glándulasvenenosas. La uña suele quedar más o menos protegida cuando no se usa dentro de un surco del artejo basal.
Los pedipalpos son semejantes a las patas, pero no se apoyan en el suelo, sino que los llevan levantados por delante del cuerpo. Los machos de muchas especies emplean los pedipalpos para cortejar a las hembras, en cuyo caso pueden ser grandes o vistosos, y también como aparato copulador, que introduce una bolsa de esperma, el espermatóforo, en el cuerpo de la hembra.
Las patas locomotoras se insertan por debajo del prosoma , y están constituidas por siete piezas o artejos, que son, desde el extremo proximal (base) hacia el distal (extremo): coxa, trocánter, fémur, patela o rodilla, tibia, metatarso y tarso.
Las arañas son animales depredadores que paralizan a sus presas con el veneno de sus quelíceros. La mayoría de las arañas inyectan enzimas digestivas en la presa, realizando una digestión externa, al menos parcial. Muchas mastican a la presa parcialmente con dientes que forman parte del artejo basal de los quelíceros. Ahí se localizan también comúnmente pelos que permiten en muchos casos filtrar eficazmente el alimento, separando las partículas sólidas del líquido.
Al principio del tubo digestivo se sitúa una faringe o estómago de función suctora. Desde la mitad del prosoma y hasta el final del opistosoma se extiende el intestino medio, dotado generalmente de divertículos, que en algunos casos se extienden incluso a las patas. La digestión química se realiza sólo parcialmente en la luz del intestino, siendo fagocitadas partículas cuya digestión enzimática se completa de manera intracelular.
El aparato circulatorio es de tipo abierto, como en todos los artrópodos, con un corazón dorsal tubular situado en la parte dorsal anterior del opistosoma, en cuya superficie se marca su presencia por un surco cardíaco. Es posible en algunos casos percibir sus latidos, de 30 a 100 por minuto, más numerosos en las arañas más pequeñas. La hemolinfa es bombeada al corazón desde una cavidad pericárdica y proyectada fuera de él con energía. La elevada presión se ha interpretado como signo de una función hidráulica, que podría jugar un papel en el movimiento de las patas. La presión se duplica durante la muda. La hemolinfa, según es normal en los artrópodos, carece de células pigmentarias, pero no de pigmentos transportadores, que son en este caso hemocianinas, de color azulado. La extensión de los vasos es limitada, y afecta, como es normal en sistemas abiertos, sobre todo a los órganos respiratorios.
La respiración se realiza por órganos internalizados, normal en animales de vida aérea, que en este caso son pulmones en libro o filotráqueas (a veces llamados tráqueas en libro), uno o dos pares que se abren en la parte mediana y ventral del opistosoma anterior. Tienen una estructura plegada, lo que multiplica la superficie de intercambio, y a través de ellos la hemolinfa circula canalizada por vasos. Muchas arañas tienen también un sistema traqueal que no es homólogo al de los insectos.
Como el resto de los quelicerados, carecen de antenas, y usan los pedipalpos como órganos táctiles y olfativos. La vista de las arañas es generalmente muy pobre, a pesar de tener hasta cuatro pares de ojos simples denominados ocelos, que en algunas familias se reducen a tres pares o menos. La colocación, tamaño y color de los ojos son caracteres diagnósticos de las familias, es decir, permiten distinguir unas de otras. En unos pocos casos la visión es eficaz, y en los saltícidos (Salticidae) es la mejor de todos los invertebrados terrestres.
No se conocen especies de araña que no produzcan seda, material compuesto de proteínas complejas, que utilizan para muy variadas funciones: cazar presas y envolverlas en ella; como adhesivo de otros materiales de construcción de túneles, trampillas, etc; como áreas de locomoción, así como otras muchas utilidades. Ciertas especies de arañas crean un largo hilo que les sirve de vela para ser arrastradas por el viento. Este fenómeno se conoce como aerodispersión. En el extremo posterior del abdomen se encuentran las glándulas secretoras de seda denominadas hileras, que producen un fluido que se solidifica al contacto con el aire (el fluido es una disolución concentrada de proteínas, cuya estructura se transforma justo antes de salir, convirtiéndose en una forma insoluble que rápidamente se deshidrata y constituye la fibra de seda). La seda, o tela de araña, es tambièn utilizada por las personas,para curar heridas, por sus propiedades cicatrizantes, ya que reconstituye la piel y cicatriza casi en el acto, es hasta mejor que el azùcar para cortarla sangrede una herida.(conocimiento popular)
Las arañas son depredadoras. Se alimentan de presas singulares que capturan activamente. Algunas producen una red (telaraña) en la que las presas caen por accidente, enredándose y pegándose en ella. En ese caso la araña, que permanece al acecho con las patas extendidas sobre la red, capta las vibraciones y se acerca a su presa. Otras arañas cazan al acecho, en el suelo o sobre la vegetación, detectando a sus presas por las vibraciones del sustrato o con sus ojos, como hacen los licósidos y los saltícidos. Las arañas no despedazan y tragan a sus presas, como hacen, por ejemplo, sus parientes los solífugos, sino que les inyectan veneno con sus quelíceros mientras las sujetan con sus patas y sus pedipalpos. Una vez paralizadas por el veneno les inyectan jugos digestivos, que producen una digestión externa del animal dentro de sus propios tegumentos, sorbiendo a continuación la papilla resultante. Por eso se observa a las arañas permanecer inmóviles durante largo rato mientras sujetan su presa inmóvil.
Siendo cazadoras solitarias, tienden a considerar una presa cualquier cosa que se mueva y tenga el tamaño apropiado. Los machos, generalmente más pequeños que las hembras, buscan a éstas activamente, cortejándolas con “danzas” elaboradas en las que el movimiento rítmico de los pedipalpos puede jugar un importante papel, en un intento por no ser devorados por las hembras. El ritual puede incluir el obsequio por el macho a la hembra de una presa envuelta en seda, lo que en algunas especies ha evolucionado hasta ser sólo un señuelo, la bolsa de seda, desprovisto de contenido. Cuando consigue la aproximación, el macho introduce un espermatóforo en las vías sexuales de la hembra usando sus pedipalpos, que actúan como órganos copuladores. A pesar de la ritualización, es común que la hembra termine la relación devorando a su pareja.
Las arañas son artrópodos con desarrollo directo, es decir, pasan por ecdisis (mudas) sucesivas, pero no sufren metamorfosis y los juveniles se distinguen de los adultos esencialmente sólo por su menor tamaño y su falta de madurez sexual.
Como depredadoras, las arañas suelen ocupar una posición terminal en las cadenas tróficas. Desempeñan un papel importantísimo como depredadores: Son las mayores consumidores de insectos que hay en el planeta y contribuyen decisivamente en controlar su número.
Se encuentran en todos los climas, incluso los fríos, poco favorables para los animales poiquilotermos, y se cuentan entre los seres vivos registrados a mayores altitudes. Abundan por igual en ambientes secos y húmedos y algunas llevan una existencia acuática, como la eurasiática Argyroneta aquatica, que llena su nido subacuático.
La investigación del comportamiento (Etología) de las arañas es un campo de gran riqueza. Aunque su capacidad de aprendizaje es modesta, según es regla en los artrópodos, hacen gala de una gran variedad y complejidad de comportamientos instintivos (heredados), sobre todo en lo referente al cortejo y apareamiento y al cuidado parental. Es notable también la precisión con que algunas fabrican su red de caza.
El cuidado parental, la atención activa a la progenie, se ha observado en distintas arañas. Los licósidos portan los huevos, encerrados o no en un capullo, y cuidan a los individuos juveniles hasta que estos alcanzan el desarrollo suficiente para capturar presas. Se conocen algunos casos de suicidio maternal, en los que las jóvenes arañas obtienen del cuerpo de su madre el primer alimento.
Algunas arañas, como el género cosmopolita Argyrodes (familia Theridiidae), son cleptoparásitas, que roban a otras arañas sus presas, manteniéndose al acecho en sus telas. El cleptoparasitismo se ha observado en media docena de familias.
Las especies del género Mycaria (familia Gnaphosidae) practican el mimetismo de las hormigas, no sólo por su aspecto, sino por sus actitudes, levantando las patas anteriores hasta la posición de unas antenas. Lo mismo hace Sunpunna picta, que imita los movimientos de una avispa.
Todas las arañas, salvo las de la familia Uloboridae, son venenosas. En general son más venenosas las arañas que cazan activamente que las que capturan sus presas al acecho o por medio de una red. El producto que inyectan los quelíceros tiende a satisfacer dos propósitos: primero, la digestión externa de la presa, para que la araña absorba la papilla resultante; segundo, la inmovilización de las presas. Además, algunas arañas migalomorfas (tarántulas americanas) portan pelos urticantes, que producen irritación cuando se tocan y pueden dañar severamente áreas delicadas, como los ojos.
Como regla las arañas son demasiado pequeñas para atravesar la piel humana con sus quelíceros. De las que pueden hacerlo la mayoría producen efectos someros y locales, pero unas pocas especies pueden producir intoxicaciones sistémicas severas o necrosamiento (muerte del tejido) localizado pero extenso.
Las arañas más venenosas son las australianas de los géneros Atrax y Hadronyche, unas 35 especies localmente conocidas como arañas de embudo, por la forma de las entradas a las redes tubulares que fabrican. Los primates, incluidos los seres humanos, resultan ser excepcionalmente susceptibles al veneno de estas arañas, que en otros mamíferos producen efectos leves. Se trata de migalomorfos grandes que producen polipéptidosneurotóxicos. La incidencia del envenenamiento, que responde bien al antídoto, es pequeña y llegaron a registrarse 26 muertes en Australia antes de que se desarrollara el suero específico en 1981[cita requerida].
Hay dos grupos de arañas pequeñas cuyo veneno es menos potente, pero que por ser más comunes originan más casos de envenenamiento. Se trata de las viudas negras, del género Latrodectus, y de las “arañas pardas”, del género Loxosceles.
El latrodectismo es la intoxicación por viudas negras, especies del cosmopolita género Latrodectus (familia Theridiidae), cuyas especies más notables son Latrodectus mactans, en Norteamérica, L. tredecimguttatus, en el Mediterráneo, L. hasselti, en Australia y L. geometricus, en África meridional. Las arañas de este género se encuentran en rincones oscuros de todas las latitudes. Las hembras, más grandes que los machos y más venenosas, devoran a éstos durante el apareamiento. No son agresivas, sino que huyen, lo que hace la mordedura muy circunstancial. Existen antídotos eficaces contra esta mordedura. El principio activo del veneno que produce los efectos graves es un neurotóxico llamado α-latrotoxina. Los efectos locales aparecen al cabo de un rato en forma de dolor y se prolongan de 3 a 7 días, pero sólo en un tercio de los casos llega a haber efectos sistémicos (que afecten al conjunto del organismo) y las muertes son muy esporádicas.
El loxoscelismo es la intoxicación por “arañas pardas” de la familia loxosceles, de las que existen muchas especies. Estas arañas tejen redes desordenadas en rincones, también dentro de las casas. Son más activas durante la noche y nada agresivas, mordiendo sobre todo cuando se encuentran atrapadas entre las ropas de cama o los vestidos. El veneno de Loxosceles es proteolítico, y produce una necrosis local que puede extenderse y tarda en cicatrizar. Efectos sistémicos sólo se producen de manera muy excepcional y las muertes confirmadas son rarísimas. No existen antídotos eficaces. Efectos del mismo tipo, pero generalmente más suaves, se han observado en caso de mordedura por diversas arañas, como las arañas tigre del género Argiope, las tarántulas verdaderas del género Lycosa o las pequeñas arañas domésticas del género Tegenaria.
Otro género implicado en envenenamientos serios es Phoneutria, que incluye arañas sudamericanas de hábitos nocturnos, grandes y agresivas, que producen un veneno neurotóxico. Esta araña, llamada popularmente "araña del banano", suele permanecer en los tallos de las bananeras, con lo que pueden alcanzar otros países viajando como polizones en los plátanos que algunos barcos llevan como mercancía. Los síntomas son severos en muchos casos, pero la muerte es un resultado excepcional.
Los primeros arácnidos similares a arañas son los del orden Trigonotarbida, que se encuentran entre los primeros artrópodos que poblaron la tierra firme. Al igual que las arañas, los trigonotárbidos eran terrestres, respiraban mediante pulmones en libro y poseían ocho patas. Sin embargo no eran verdaderamente arañas, ni siquiera ancestros de ellas; representan una línea evolutiva separada tempranamente del resto de los Aracnidos, pero muy similar a las actuales arañas.
Las arañas propiamente dichas, son las que poseen un cintura estrecha que une el prosoma (o cefalotórax) y el opistosoma(o abdomen); evolucionaron hace aproximadamente 400 millones de años. Tenían segmentación abdominal y órganos que secretan seda, llamados hileras. El fósil más antiguo encontrado con una especie de estas características, data de 380 millones de años atrás, del periodo Devónico, y se conoce como Attercopus fimbriungus. Este espécimen es el taxón hermano a todas las arañas vivas ya que posee hileras y la misma unión de rótula-tibia en las patas.
La mayoría de los primeros fósiles de arañas pertenecen al subordenMesothelae. Este es un grupo de arañas primitivas que poseen las hileras bajo la mitad del opistosoma, a diferencia del resto de las arañas que las poseen al final. Eran seguramente predadores terrestres, que habitaron a mediados del Paleozoico. Los hilos de seda estas arañas, se usaban seguramente solo para proteger los huevos y forrar las madrigueras.
A medida que la vida se fue diversificando, también lo hizo el uso del hilo de las arañas. Las arañas con las hileras al final del abdomen, Mygalomorphae y Araneomorphae, aparecieron hace más de 250 millones de años, posiblemente junto con el uso de las telas de araña para la captura de presas, tanto en tierra como en el follaje. El migalomorfo más antiguo, Rosamygale, fue descrito del Triásico de Francia y pertenece a la familia moderna Hexathelidae. Megarachne servinei, del periodo Pérmico-Carbonífero, se creyó por algún tiempo que era un migalomorfo gigante, con 34 cm de largo y 50 cm de envergadura de patas, haciéndola por tanto la araña más grande que haya poblado la Tierra; pero un estudio más detallado por parte de un experto reveló que se trataba de un escorpión marino (Eurypterida).[cita requerida]
Para el Jurásico, ya se habían desarrollado las sofisticadas redes aéreas de la familia Araneidae. Una tela de araña conservada en ámbar en perfecto estado, de hace 110 millones de años atrás, da cuenta de este tipo de telarañas. Información genética adicional sugiere, a través de un estudio del gen que provoca este comportamiento, que ya se encontraba este tipo de telas 136 millones de años atrás.
Es un reptil robusto de 30cm. a 1.60m. y un diámetro de entre 7 a 10cm. El color de sus escamas es castaño nuez claro, con una serie de rombos más oscuros que el fondo y delimitados por escamas blanquecinas; el vientre es de color crema o amarillento. La coloración de las especies depende de la clase de víbora a la que pertenece y a la región donde habita; se dice que hay más de 12 especies en nuestro continente. La cabeza es triangular, tiene pupila vertical y presenta foseta loreal. Su cola tiene un cascabel compuesto de hasta 14 segmentos engarzados entre sí, que delatan su presencia. Este ruidoso crótalo está formado por una sustancia llamada queratina, similar a la que forma la uña del hombre. Los guaraníes la llaman: "Mboí chiní" (Mboí: víbora; chiní: campanita). Su vista es aguda y carece de oído, pero tiene dos orificios muy sensibles que se encuentran entre las fosas nasales y los ojos, los cuales le permiten atacar con precisión en la oscuridad. Es agresiva con sus depredadores naturales, se defiende con su mordedura e inyecta veneno neurotóxico según su estado de ánimo.
Su alimentación es carnívora, ya que se alimenta de mamíferos como roedores, pero también de aves, lagartijas y conejos.
Es ovovivípara, el huevo se desarrolla en el vientre de la víbora y las crías nacen vivas después de 18 meses. Su apareamiento ocurre en primavera y nacen sus crías en verano. Con una sola vez que se aparea, puede guardar el esperma para dos o tres reproducciones; es decir, conservar el esperma activo, sin fecundar durante mucho tiempo.
Tiene de tres a quince crías, algunas más de veinticinco, y cuando nacen miden de 20 a 30 centímetros y ya tienen veneno suficiente para cazar insectos y otros invertebrados; su cascabel se desarrolla después de los cuatro meses.
Esta especie contra lo que se dice no es mortal, sólo ataca si es molestada y eso ocurre de manera no frecuente, porque los animales y los humanos la evitan por el sonido de su cascabel.
El medio donde habita es terrestre.
Su color va de acuerdo al medio ambiente donde vive; éste le sirve de camuflaje ante sus depredadores naturales. Por lo general, su madriguera está en las piedras, cuevas naturales o hechas por diversos animales y en lugares poco accesibles para otras especies. Sus hábitos son nocturnos y su alimentación preferida está constituida por pequeños roedores. Si se siente amenazada se enrosca sobre sí misma y agita rápidamente su crótalo, produciendo así el clásico sonido de cascabel. Este sonido sirve como advertencia para cualquier intruso que se le aproxime.
Su fauna silvestre esta en peligro. Se encuentra en el apéndice III de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). El hombre no valora a estos animales que son parte importante de los ecosistemas naturales, ya que ellos limpian la fauna nociva como son los roedores. Se les debe dar protección especial para aumentar su reproducción, con el fin de equilibrar los ecosistemas.